miércoles, 18 de diciembre de 2013

Jackie Salas , la reina de la quinua

Jackie Salas es una venezolana que radica en Miami (EEUU). Es un personaje en el ámbito internacional de la gastronomía. Es una chef de renombre cuyo servicio es requerido por muchas estrellas de las artes, los deportes, la política y diferentes medios de comunicación corporativos que han catapultado su nombre. Su fama ha trascendido, en los últimos tres lustros, el espacio de la cocina y ha colmado páginas de revistas especializadas en culinaria y también espacios en varios canales de televisión, entre ellos el de proyección mundial, CNN.
Nos contactamos mediante el correo electrónico. Pese a su intensa ocupación en los últimos días debido a la alta demanda de sus servicios, como nos comentó, se dio tiempo para la entrevista.

Se autodefinió de la siguiente manera: “Me llamo Jackeline Salas y soy la chef Jackie. Mi objetivo es extender la mano y enseñar cómo tener un estilo de vida saludable. Es muy simple: comer para vivir y vivir para comer”.

De usted dicen que es la reina de la quinua, ¿por qué?
He sido la chef latina pionera en el uso, elaboración y promoción de la quinua en Miami, New York y Los Ángeles durante seis años. Eso lo hice a través de seminarios, programas en CNN y diferentes medios entre prensa escrita, revistas, radio etc. Donde voy llevo mi quinua y me encanta promoverla. Yo misma soy una adicta de todos los productos elaborados con este producto. Estoy escribiendo un libro de recetas con el grano de oro, la quinua, donde hago énfasis en sus beneficios, sus propiedades y usos. Esto lo hago en honor a Bolivia, que me ha abierto sus puertas. Quiero presentarlo en ese país. Debo decir que para mí, confesar esto, es motivo de orgullo.

¿Qué la motivó a dedicarse a la gastronomía?
-Me dediqué al arte culinario porque es algo que forma parte de mi vida desde muy temprana edad. Claro que decidir qué es lo que uno quiere ser a temprana edad es algo difícil. En mi caso solo recuerdo que me gustaba mucho la cocina, sobre todo los aromas que anunciaban que una fecha especial estaba por llegar. Adoraba la diversidad de sabores y texturas de las recetas de mis abuelas, en fin, quería ser como ellas. Anhelaba aprender a cocinar. Desde entonces la cocina ha sido parte de mi vida.

¿Cómo define su pasión por la culinaria?
El poeta triste escribe poemas y te hace llorar, el pintor triste pinta cuadros y logra emocionarte. El músico triste compone canciones y al final te hace cantar. Pero al cocinero triste le está prohibido cocinar. Así es de simple y así me defino. Para cocinar los ingredientes infaltables son: buena actitud, amor y pasión, como el agua para chocolate. Algo más, creo que lo que les atrae mucho a los comensales de mis platillos son la sencillez, el buen gusto, el amor y la pasión que se trasmite en cada bocado.

La vida en sí está llena de anécdotas, ¿recuerda algunas?
Por ejemplo, cocinar en vivo para 1.000 personas, el hecho de que todo haya salido perfecto ya es una gran anécdota. De las dificultades nos reímos al final de la jornada, como por ejemplo olvidarse de ingredientes que son tan elementales como la sal o el aceite de oliva, y tener que correr de inmemdiato a un supermercado cerca a comprarlo enseguida.

¿Cuál es su rutina diaria?
Levantarme para atender a mis hijos y organizar mi agenda que siempre, gracias a Dios, está llena de actividades y compromisos como presentaciones, grabaciones, atender eventos privados etc.

Un consejo...
Insistir, persistir, resistir y no desistir, son puntos vitales de todo emprendimiento. Con esto me despido agradeciendo por permitirme compartir con Bolivia lo que ha sido mi vida, mis logros y mi carrera en general, y también decirles que pronto estaré en ese país maravilloso para compartir las bondades que nos ofrece

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