viernes, 17 de julio de 2015

Pasta

No hace falta ser una abuela italiana para hacer una pasta grandiosa. Y, contrario a algunos otros mitos sobre la pasta que circulan por allí, tampoco es indispensable comprar ningún equipo especial, ni despejar la agenda un día completo para hacerla.

Incluso, esta noche, usted puede prepararle a su familia o a un amigo un bol de fettuccini sin ninguna otra cosa más que las manos, un rodillo de amasar y algunos ingredientes básicos que es probable que ya tenga (huevos, harina, sal y, quizá, aceite de oliva). Le llevará menos de una hora de tiempo activo realizarla. La regla básica general para hacerla es usar un huevo por cada 100 gramos de harina. Sin embargo, las proporciones exactas de los ingredientes van a variar dependiendo de la humedad del lugar, la antigüedad de la harina y la época del año, es necesario poner atención a la masa y dejar que guíen los instintos. La masa que se hace con yemas es la más rica, pero también puede ser muy suave. El agua y las proteínas en la clara del huevo hacen que sea más fácil trabajar con ella, y también hacen que la pasta se pueda masticar mejor. El aceite de oliva añade grasa y sabor, hace que la masa sea más elástica y fácil de extender.

Agregar un poco de agua puede ayudar a corregir la textura de la masa, haciendo que se suavice si está seca, pero si se le pone demasiada, se corre el riesgo de hacer fideos blandos que tenderán a pegarse unos contra otros. La sal aporta sabor y ayuda a fortalecer el gluten en la harina, lo que contribuye a la estructura y la elasticidad.


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