domingo, 31 de mayo de 2015

Chefs de París cultivan huertos en las azoteas



A metros de la Torre Eiffel, las abejas liban entre las fresas y los tomates: en pleno París, cocineros seducidos por la moda del “consumo local” instalan huertos en las azoteas.

Ogier Pottiez, segundo de cocina del restaurante Frame, situado en el hotel Pullmann-Tour Eiffel, llena un canasto con brotes tiernos para ensalada, fresas y flores de cebolleta, que cosecha de un vergel en el tejado de la cocina.

“La ensalada del día cambia diariamente en función de la cosecha. Los ingredientes llegan al plato del cliente con toda su frescura y su aroma”, explica este cocinero de 30 años de edad.

Con 600 metros cuadrados, la mancha verde del huerto con vistas al monumento más emblemático de la capital francesa, es un remanso de frescor en medio de los tres austeros edificios que lo rodean. Minieconomía circular, produce miel en cinco panales y huevos frescos gracias a las gallinas alimentadas con las mondaduras de verduras y restos de comida del restaurante. El problema es que, pese a su superficie relativamente grande en una urbe tan densamente poblada como París (11.000 habitantes/km2), el huerto no satisface las necesidades de hortalizas de Frame, y es ante todo una vitrina de prestigio.

Uno de los primeros en hacer una plantación en un tejado de París fue el chef Yannick Alléno, con un pequeño jardín de hierbas aromáticas encima de su restaurante Le terroir parisien.

Un joven ingeniero con espíritu ecológico, Nicolas Bel, creó este pequeño jardín y el huerto del Pullmann-Tour Eiffel, tras abrir su propia empresa, Topager, con el triple reto de poner a la moda la agricultura urbana en Francia y hacerla ecológica y rentable. Bel afirma que tiene proyectos similares, algunos de hasta 1.000 metros cuadrados.


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