domingo, 10 de noviembre de 2013

Uno de sus manjares estrella es el pastel de quinua real roja con salsa de mora, reducido en cabernet souviñon y perfumada con romero.



Dejó la pedagogía por la cocina y en diez años se convirtió en una afamada empresaria de la gastronomía en Potosí. Valeria Angulo tuvo la iniciativa de combinar los alimentos típicos de su tierra, como la quinua y la carne de llama, para elaborar comida gourmet y saciar los paladares más exigentes, nacionales y extranjeros.

A sus 43 años, casada y con un retoño, administra tres locales: los cafés Boulevart y La Plata, además del restaurante La Casona, y en diciembre inaugurará su cuarto emprendimiento que ofrecerá “comida andina de altura”, en base a productos bolivianos.

Uno de sus manjares estrella es el pastel de quinua real roja con salsa de mora, reducido en cabernet souviñon y perfumada con romero. Esta delicia es elaborada con un biscocho liviano con mantequilla, huevos, un poco de harina, fécula de maíz y, al final de la preparación, se agrega quinua previamente cocida.

Otra de sus singulares ofertas es el budín de chocolate en base a quinua y la tabla de fiambres (jamón, salame y carnes frías) de llama con queso de cabra, acompañada de pan con ajo. También ofrece la ensalada andina, que es un copia de la ensalada de la tabule, aunque en vez de cuscús lleva las quinuas roja y blanca.

Afirma que esta nueva propuesta fue bien recibida por los potosinos y, particularmente, por los forasteros que demandan quinua en todas sus formas. “Habiendo en Bolivia y en Potosí tantos productos de altísima calidad y con un alto valor nutritivo, tenemos que aprovecharlos para que, a través de la cocina, hagamos conocer al país en el mundo”.


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