300 gr. de macarrones
120 gr. de mantequilla sin sal
1 cebolla grande, cortada en pluma
150 gr. de tocino picado
1 taza de crema de leche
Pimienta negra recién molida
100 gr. de queso Gruyere rallado
100 gr. queso Emmenthal rallado
3 papas holandesas grandes
Preparación
Hervir las papas con cáscara hasta que estén cocidas, aproximadamente 15 minutos. Deben estar tiernas pero firmes para que no se desarmen cuando las perforés con un tenedor. Escurrir y dejar que enfríen. Pelarlas con ayuda de un cuchillo retirando la piel y una fina capa del tubérculo. Cortarlas en cubos de 2 cm.
Colocar 3 litros de agua en una olla a fuego medio. Cuando esté hirviendo agregar una cucharada de sal, un chorrito de aceite y, seguidamente, los macarrones. La sal potencia su sabor, mientras que el aceite evita que se pegue. Revolver de forma ocasional y comprobar su punto de cocción un par de veces. Tiene que estar al dente, blanda pero con un centro firme. Un método para principiantes es morder la pasta y mirar si su centro tiene una fina línea amarilla. Sin embargo, lo recomendable es leer el tiempo de cocción en su empaque; normalmente es de 15 a 20 minutos.
Cuando la pasta esté lista escurrir y mezclar con la mitad de la mantequilla. Seguidamente integrar los quesos rallados u otros de tu preferencia, las papas y la crema.
A fuego medio-bajo, colocar una cucharilla de aceite y el resto de la mantequilla en una sartén. Esto evita que se queme. Agregar las cebollas y sofreír hasta que estén doradas.
Servir la pasta en un plato y coronar la presentación con una cucharada de las cebollas salteadas y una hoja de perejil fresco.
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