jueves, 22 de agosto de 2013

VIDA HEALTHY Reglas del buen comer

No solo importa lo que comemos, sino cómo lo comemos. Las bondades de una dieta equilibrada y nutritiva se pierden si engullimos la comida con prisa o retrasamos la hora de la cena.

De manera consciente. Comer delante de la pantalla del ordenador es algo peor que un mal hábito. “Es una barbaridad”, dice Antonio Villarino, catedrático de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA). “Tomar alimentos a la vez que hacemos otra cosa es estresante y muy desaconsejable”.

Desayuno generoso. Para empezar la mañana con energía, no hay nada mejor que un buen desayuno compuesto por algo más que un café. La cantidad de alimento debe ser suficiente para cubrir el 30% del total calórico diario. La hora idónea para desayunar está entre las 7:30 y las 9. Eso sí: tómate tu tiempo para prepararlo, mastica bien y no corras.

Para todos aquellos que se han acostumbrado a no desayunar, Villlarino advierte: “Este hábito puede provocar hipoglucemia y mareos. Es especialmente peligroso en niños y gente joven”. Afecta mucho a las mujeres.

Cuida la cantidad. Estamos acostumbrados a los platos de excesivo tamaño, con su consecuente perjuicio para la salud. “Es una cuestión de marketing. En los restaurantes se tiende a dar raciones exageradas, y además aquí tenemos la cultura de los dos platos para no mezclar sabores. En conjunto suelen ser demasiadas calorías”, explica Villarino.

Juegos del hambre. “Comer con mucha hambre es el paradigma de lo que no se debe hacer”, señala el experto. Para garantizar que vamos a tomar la cantidad justa y necesaria de alimento, hay que prevenir el apetito exacerbado.

“Siempre recomendamos seis tomas al día”. El tentempié de media mañana puede ser una pieza de fruta acompañada de un café o una infusión. Estas pequeñas tomas no tienen nada que ver con el ‘picoteo‘, un hábito muy desaconsejable. “Son calorías vacías que no van a ningún lado”. Además, los malos hábitos como comer a deshora causan problemas de alteraciones metabólicas.

Prisas NO. Comer requiere tiempo: 25 minutos como mínimo. “Hay que tener margen para realizar las comidas con tranquilidad, masticando bien y bebiendo con lentitud para hacer más fluido el paso de los alimentos”, aconseja Villarino.

Ingerir los alimentos deprisa nos impide medir la cantidad. “No te da tiempo a pensar si tienes hambre”. La consecuencia es una mala digestión.

Comer de todo. Un donut al año no hace daño, pero uno cada día puede pasar factura. Según Villarino, “no debemos renunciar a ningún alimento. No se trata de que la comida sea un pesado sacrificio en este valle de lágrimas”. Eso sí, “hay que intentar moderarse”, sobre todo en la ingesta de azúcares solubles de los refrescos. Tampoco debemos olvidar el agua. “Bebemos poco”, advierte Villarino.



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