Lo ideal es que te sirvas una sola vez por cada comida y en cada una de ellas, los protagonistas sean alimentos sanos y poco calóricos, como ensaladas, frutas y hortalizas, que además contienen fibra y que ayuden a una óptima digestión. Es decir, si en la cena tenemos pavo acompañado con guarniciones varias, llena la mitad del plato con vegetales, y después sírvete una presa del ave sin piel. Finalmente, deja muy poco espacio en el plato para las guarniciones adicionales.
Actividad posterior
Aumentar las actividades físicas durante y luego de la celebración es un buen recurso para incrementar el gasto calórico y despejar nuestra vista de la comida para reducir su ingesta. Entonces, puedes salir a caminar, organizar algún juego que implique ejercicios físicos (además de compartir con amigos y la familia) o simplemente, dar un paseo para disfrutar del aire libre y la naturaleza junto a los seres queridos.
Para mentalizarte más en el cuidado de tu cuerpo, piensa en que no sólo evitarás el sobrepeso, sino que prevendrás malestares gastrointestinales, pesadez, intoxicaciones y otras afecciones que surgen tras una comida abundante.
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