En 2013, las autoridades neozelandesas autorizaron a la pareja permanecer dos años más con la condición de que Albert se comprometiera a pagar de su bolsillo todos los gastos médicos derivados de su estado físico.
“Nuestra demanda de renovación ha sido rechazada y nos hemos visto obligados a dejar de trabajar a finales de octubre”, le dijo el cocinero sudafricano al New Zealand Herald.
En ese sentido, explicó: “Dicen que no soy legal y que mi empleador no ha buscado suficientemente si un neozelandés podía hacer mi trabajo”.
El chef, que abandonó en 2007 Sudáfrica rumbo a Christchurch, en la isla Sur de Nueva Zelanda, pesaba en ese entonces 160 kilos. Aunque su petición de residencia permanente fue rechazada en 2011, nunca tuvo problemas para renovar su visado de trabajo hasta 2013.
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