La comida en esta zona del valle es para sus habitantes digna razón de orgullo, tiene historia y de cierta manera, marca el horario y el diario vivir en la ciudad. “Los lunes son de enrollado y escabeche, los jueves un sillp’ancho, un buen pique macho para el sábado y sin falta los chicharrones del domingo”, como todo buen cochabambino lo sabe.
Cada plato es motivo para recorrer y probar un poco de lo mucho que tiene Cochabamba para ofrecer. Ya sea que uno esté en El Prado, en La Cancha o en la Plaza Principal y sin importar la hora, siempre hay gente comiendo “algo” alrededor.
Desde un suculento desayuno de api con pasteles, el menú del día abarca varios platos repartidos en por lo menos cinco comidas al día, cada cual más abundante y exquisita. A media mañana unas pucacapas calentitas son infaltables. Para el almuerzo un picante mixto, un pampaku, el lambreado de conejo, habas pejtu o una chhanqa de gallina pueden ser algunas de las muchas opciones para degustar.
En la tarde unas humintas con café es tradición en muchos hogares, dejando para la cena unas planchitas o alguna otra
delicia más.
infaltable en cualquier mesa valluna, es la llajua dando ese toque picante a las comidas, que encanta a locales y enrojece a
extranjeros.
Gracias a la variedad de pisos ecológicos y su benevolente clima, Cochabamba es zona productiva por excelencia de Bolivia.
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