martes, 29 de julio de 2014

A. Latina podría eliminar el hambre con la comida que bota

La región continental de América Latina y el Caribe desperdicia tal cantidad de alimentos que con todo ese potencial desechado se podría satisfacer a las 47 millones de personas que sufren hambre en esta zona, según un informe de la FAO (Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

El informe "Pérdidas y desperdicios de alimentos en América Latina y el Caribe", conocido la semana pasada, explica que la región continental llega a desperdiciar el 6 por ciento de todos los alimentos del planeta, y que "sólo a nivel de la venta al detalle (una de las fases de la cadena alimenticia) se desperdicia comida como para alimentar al 64 por ciento de quienes sufren hambre en la región" continental.

Cada año, la región pierde o desperdicia alrededor del 15 por ciento de sus alimentos disponibles, lo que hace impacto en la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reduce la disponibilidad local y mundial de comida, generan menores ingresos para los productores y aumentan los precios para los consumidores.

Las pérdidas y desperdicios también tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales.

Según la FAO, las pérdidas se refieren a la disminución de la masa disponible de alimentos para el consumo humano en las fases de producción, post-cosecha, almacenamiento y transporte.

El desperdicio de alimentos se refiere a las pérdidas derivadas de la decisión de desechar alimentos que todavía tienen valor nutricional, y se asocia principalmente con el comportamiento de los vendedores mayoristas y minoristas, servicios de venta de comida y los consumidores.

Las pérdidas y desperdicios ocurren a lo largo de la cadena alimentaria: en la región, el 28 por ciento ocurre a nivel del consumidor; el 28 por ciento en la fase de producción, el 17 por ciento en el mercado y distribución, el 22 por ciento durante el manejo y almacenamiento y el 6 por ciento restante en el procesamiento.

Con los alimentos que se pierden en la región sólo a nivel de la venta al detalle, es decir, en supermercados, ferias libres, almacenes y demás puestos de venta, se podría alimentar a más de 30 millones de personas, es decir, 64 por ciento de quienes sufren hambre en la región. Enfrentar esta problemática debería ser fundamental para los Gobiernos de estos países, advierte la FAO.

En el planeta

A nivel global, la situación no es más alentadora: un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia.

Esto equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas de alimentos, lo que incluye el 30 por ciento de los cereales, entre el 40 y el 50 por ciento de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas, el 20 por ciento de la carne y productos lácteos y el 35 por ciento de los pescados.

La FAO calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas.

Algunos países

J Los alimentos que se pierden al detalle en Bahamas, Jamaica, Trinidad y Tobago, Belice y Colombia son equivalentes a los que se necesitan para alimentar a todos quienes sufren hambre en dichos países.

J Antigua y Barbuda, Bahamas, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, Trinidad y Tobago, Belice, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Surinam y Uruguay podrían disponer de alimentos equivalentes a los que necesitan para alcanzar el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, si redujeran sólo ese tipo de pérdidas.

J Para la FAO, la enorme cantidad de alimentos que se pierden en estos países o que acaban en la basura es "sencillamente inaceptable".



Cómo evitar

J Existen formas de evitar pérdidas mediante inversiones en infraestructura y capital físico, mejorando la eficiencia de sistemas alimentarios y gobernanza.

J Un ejemplo son los bancos de alimentos, los cuales reúnen comida que por diversas razones sería descartada para su redistribución, y que ya existen en Costa Rica, Chile, Guatemala, Argentina, República Dominicana, Brasil y México.

J La sensibilización pública también es clave, y se puede realizar a través de campañas dirigidas a cada uno de los actores de la cadena alimentaria, como lo realiza la Iniciativa global Save Food, una alianza entre la FAO, Pnuma y la compañía alemana Messe Düsseldorf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario