viernes, 15 de noviembre de 2013

La quinua y la carne de llama conquistan a los turistas

"Hay que tener cuidado con la comida que se le ofrece al turista porque suele venir mal, afectado por el viaje y el mal de altura”, afirma Vicente Alacona, administrador del Thai Old Town, uno de los restaurantes del centro paceño que recibe más visitas por parte de extranjeros. Por ejemplo, "es peligroso darles una trucha cruda o leche de coco. Es preferible una sopita de pollo, algo suave”.
La mayoría de los restaurantes de la zona turística (casco viejo) de la urbe paceña dispone de una amplia y variada oferta gastronómica para las personas que están de paso por Bolivia. "Cuando el turista llega le parece muy rica la comida boliviana, pero al tercer día se da cuenta de que es muy pesada”, añade Alacona.
Por eso, la tendencia general de los establecimientos es la fusión entre la cocina boliviana con la extranjera. El cocinero del restaurante The colonial Pot es Wilfredo Zambrana, de origen cochabambino pero criado en Argentina, quien apuesta sin ninguna duda por esta opción.
Entre sus platos más creativos está la lasaña con salsa de quinua. Se trata de crear algo diferente, siempre con un "toque” boliviano. Reconoce que este tipo de "experimentos” atrae más a los extranjeros, mientras que "a los bolivianos les cuesta más probar cosas nuevas”.
Alanoca coincide en que la fusión gastronómica es la alternativa para el futuro. Mientras tanto, en su local sirve 114 platos tailandeses, japoneses e hindúes, una combinación que despierta mucho interés, no sólo por parte de los turistas; los bolivianos también "le han pescado el gusto a la cocina de afuera. Actualmente representan el 40% de nuestra clientela”, asegura.
Incluso se muestran interesados en aprender cómo se elabora este tipo de comida, por lo que se les ofrece la posibilidad de que pasen al local y aprendan en la cocina. El kainiao -a base de leche de coco, pollo y especies- y el tom yan tale -sopa con mariscos- son de los más conocidos.
La comida típica boliviana también ocupa un lugar en la oferta destinada a los extranjeros. El silpancho con carne de llama, que prepara el café restaurante Angelo Colonial, es uno de los manjares mejor aceptados, junto a los preparados con quinua como ravioles, pastel o torrejas de quinua. Así lo explica Rolando Angelo, quien junto a su esposa Lid Viscarra regenta hace 15 años el establecimiento.
"Aquí donde el ayer es hoy” y "Aquí donde los encuentros hacen posible lo imposible” son las dos insignias que caracterizan este espacio ubicado en la Mariscal Santa Cruz, singularmente decorado con colecciones antiguas de múltiples objetos y elementos tradicionales de Bolivia.
Uno de los secretos del éxito en la cocina de los tres restaurantes que visitamos es que no se sirven platos preelaborados y todo se hace con productos frescos.
Además, los turistas ya no tienen miedo de probar la comida típica de los mercados, según asegura Alanoca.
Mary Regier, canadiense que lleva dos meses viajando por el país, expresa su pasión por las salteñas. Su compañera de viaje australiana, Jenny Mcinnes, comparte la misma opinión. Ayer se animaron a probar la carne de llama y no dudan en repetir. Destacan también el picante y los jugos de la gastronomía boliviana que ya pudieron degustar.
Leo Uheranooel es de origen galés y en su opinión hay muy buena comida en Bolivia, aunque a veces "tiene demasiada grasa”. El anticucho es una de sus preparaciones preferidas.

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