sábado, 14 de septiembre de 2013

Cochabamba El pique macho y el Cristo de la Concordia, símbolos locales

El pique macho es nuestro plato preferido y el monumento del Cristo de la Concordia el sitio turístico que mejor nos representa.

De acuerdo con los datos de la encuesta levantada por Ciudadanía, el 27 por ciento de los cochabambinos dice que su plato preferido es el pique macho, seguido por el 12,3 por ciento que destaca a los picantes, de todo tipo, como la delicia culinaria más importante de Cochabamba. Después están el sillpancho y la ch’anka en la lista de platos favoritos.

Aunque las diferencias son ligeras, un 29 por ciento de las mujeres opta por el pique macho, en comparación con el 25 por ciento de los varones que también dice preferir esa alternativa culinaria.

En cuanto a los sitios turísticos, se impone el Cristo de la Concordia, con el 56,4 por ciento de la preferencia.

En segundo lugar, los cochabambinos destacan el Tunari y en menor porcentaje, por orden de importancia, la Catedral, el teleférico, El Prado y la colina de San Sebastián.

La campiña cochabambina, que antes fue un lugar turístico preferido por los habitantes de la región y extranjeros, apenas recibe mención por los encuestados.

¿Y cómo nos vemos?

Los cochabambinos aseguran que sus principales cualidades son ser solidarios, casi cuatro de cada 10 lo dicen, y competitivos, un 26 por ciento.

Un 19,4 por ciento de los consultados destacó que los qhochalas son amables, un 6,7 por ciento aseguró que somos tolerantes y apenas un 2 por ciento destacó el desprendimiento como la mayor cualidad.

Sobre los defectos de los llajtamasis, las opiniones se dividen entre envidiosos (22,6 por ciento) e irresponsables (22,5 por ciento).Sólo 8,8 por ciento dice que nuestro principal defecto es que somos tacaños.

Tanto hombres como mujeres tienen percepciones similares respecto a las cualidades y defectos de los cochabambinos con diferencias mínimas. Por ejemplo, son más las mujeres que creen que los qhochalas son trabajadores competitivos, en cambio más varones se inclinan a que somos amables.

En cuanto a los defectos, más varones dicen que los cochabambinos somos envidiosos, intolerantes y egoístas. En cambio, más mujeres destacan la irresponsabilidad y la tacañería como las principales “sombras” de quienes habitan en la región.

En cuanto a edades, quienes están más de acuerdo en que los cochabambinos son solidarios, son las personas que están en el rango de edad entre 17 y 25 años, que también consideran que otra de las cualidades importantes es que los qhochalas son competitivos y amables.

Los consultados entre 26 y 45 años tienen percepciones similares. En cambio, los adultos entre 46 a 56 años y más, son los que más señalan que los llajtamasis son también tolerantes.

Respecto a los defectos es que hay más diferencias en la percepción de los grupos etarios, según la encuesta. Más jóvenes entre 17 a 25 años apuntan que los cochabambinos somos principalmente irresponsables y después envidiosos, intolerantes y egoístas.

Para las personas que tienen entre 26 y 35 años, el principal defecto es el ser envidiosos y, en segundo lugar, irresponsables, egoístas e intolerantes, de acuerdo con los datos de la investigación de Ciudadanía.

Los adultos entre 36 y 45 años, con una percepción similar a la de los más jóvenes, indican que los cochabambinos somos irresponsables en primer lugar, luego envidiosos, egoístas, intolerantes y tacaños.

Finalmente, los adultos mayores señalan también la irresponsabilidad y la envidia como los mayores defectos de los qhochalas.

Fiestas en el hogar

¿Será que a los cochabambinos les gusta organizar fiestas o reuniones? Al parecer, según los datos de la encuesta, no mucho.

Casi el 60 por ciento de los consultados dijo que no organiza reuniones sociales, fiestas o comidas en su casa, mientras que un 38,4 por ciento indicó que lo hace ocasionalmente y 2,4 por ciento señaló que realiza esas actividades con frecuencia.

Poco afines a lo artístico

Las actividades creativas o artísticas no son del interés de los cochabambinos. Sólo uno de cada 10 cochabambinos está involucrado en alguna de esas actividades. La mayoría forma parte de fraternidades folklóricas, un total de 3,8 por ciento.

Apenas un 1,2 por ciento de los encuestados es parte de grupos de danza y un 2,8 por ciento de grupos musicales, bandas y orquestas. Un 1,2 por ciento tiene grupos de juegos de video.

En fraternidades, son más las mujeres que los varones los que participan, al igual que en grupos de danza. Lo contrario ocurre en los grupos musicales, en los que son más los varones los que forman parte.

De acuerdo con los datos de la encuesta, en grupos de teatro la preferencia es femenina, mientras que los hombres son más afines a los grupos de juegos de video.

Son los jóvenes entre 17 a 25 años los que más participan en las fraternidades folklóricas, seguidos por los del rango de edad entre 26 y 35 años. La tendencia es similar en los grupos de danza, mientras que son parte de grupos musicales aquellos que están entre los 17 y 35 años. Los más jóvenes son parte de grupos de teatro y de juegos de video.

Los universitarios, principalmente, bailan en fraternidades folkóricas y en grupos de danza y de teatro están involucradas personas que son bachilleres y estudian en la universidad.

En los grupos musicales participan cochabambinos que tienen educación secundaria, bachilleres y universitarios. Entre los jóvenes, la tendencia es similar en grupos de juegos de video.

Los platos preferidos ayer y hoy

El pique macho, el plato preferido por los cochabambinos, es de reciente creación respecto a otras delicias culinarias de tradición.

Hay sibaritas cochabambinos que atribuyen la creación de este plato a la imaginación de doña Eva, prestigiosa cocinera que tenía su restaurante en El Prado durante los años 60 y 70.

La versión indica que un día, cerca de la medianoche, cuando las cocinas de los locales ya están cerradas, una tracalada de borrachos llegó y le exigió a doña Eva algo para comer. Puesto que eran sus clientes, ella entró a la cocina e improvisó.

Luego salió con una bandeja ovalada colmada de pedazos de carne y chorizo criollo, todo colmado de salsa abundante: cebollas en grandes anillos, tomates y locotos en rodadas con pepa y todo, porque de otro modo no sería “pique a lo macho”.

Las versiones de hoy, que consumen los jóvenes, son distintas, porque no llevan casi locoto, en cambio tiene mayonesa, mostaza y salsa de tomate, y en lugar de papas doradas, papas fritas, chorizo de calentar y no chorizo criollo, como manda lo que ya es tradicional y muy difundido en todo el país. Ya es el plato típico inventado por el ingenio de los sibaritas cochabambinos.

El picante, segundo plato de preferencia de los qhochalas, es tradicional, especialmente el elaborado con gallina. Era plato típico de onomásticos. Previamente, si se trataba de almuerzo, venía el chupe de maní, o sea el “manicaldito”, cuya invención se atribuye a los mizqueños, porque Mizque es la tierra del maní y las chirimoyas.

El buen picante de gallina, que exigía una cocción de al menos siete horas por la dureza de su carne, estaba hecho sobre la base a un ají colorado bien molido y cocido. La molienda, con las caderas de la cholita moviéndose al ritmo del batán, era parte de la ceremonia.

Luego, los viejos sibaritas cochabambinos exigían que la machujarra de buena chicha ya esté en la mesa antes de los últimos hervores, porque tomar agua o refresco sobre un buen picante no sólo es ridículo, sino un delito que debe ser castigado, decían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario